1 Corintios 9:24-27
¿Practícas algún deporte? ¿participaste en alguna competencia deportiva?
Los atletas que tienen por objetivos llegar en primer lugar, están consientes de que para lograrlo deben entrenar duro, muy duro y disciplinadamente. Ellos entrenan no solo su cuerpo sino también su mente ya que deben estar convencidos de que lo pueden lograr. ¿Te imaginas a alguien que quiera llegar en primer lugar, pero no se entrena o no se alimenta bien y hasta duda que lo pueda lograr? ¿en qué puesto crees que llegará? ¿y que piensas de aquel que se entrena disciplinadamente por el deseo de ganar?
Pablo en esta oportunidad nos grafíca la vida cristiana como la de un atleta. ¿Cuáles son mis motivaciones? El atleta corre para ganar, él sabe que solo uno tiene el premio, pues entonces correrá esforzadamente para llegar en primer lugar. De igualmanera en la vida cristiana debemos esforzarnos, y trabajar con disciplina para correr deseando el primer lugar. Esta comparación me lleva a pensar en mi vida como cristiano, creo que muchos de nosotros vivimos bajo el principio del menor esfuerzo, pensamos que así como vivimos la vida cristiana está bien, es suficiente, sin riesgos, sin sufrimiento. ¿Pero cuál debería ser nuestra actitud? Dice el verso 24 "...Corran, pues, de tal modo que lo obtengan." Nuestra actitud debe ser la de un ganador, aquel que trabaja duro, se disciplina para alcanzar lo que más desea, el trofeo. ¿Ésta es mi actitud?
Dijo Pablo en otra oportunidad (Fil. 3:14) "...sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús." ¡Ésta es la actitud de un ganador! Tiene una meta en mente y por ella trabaja duro, se esfuerza.
¿Cuál es mi meta en la vida cristiana? ¿cuál es el propósito de Dios para mi vida? ¿estoy trabajando para conseguirlo?
No permitamos que la rutina de todos los días, o que la religiosidad, la comodidad, el egoísmo, nos impidan correr hacia la meta y ganar.
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