Marcos 1:1-8
¿Te imaginas invitar a cenar a Juan el Bautista a tu casa? y que en medio de la comida grite ¡ Hipócritas! ¡generación de víboras!... Pero lo mas interesante es que no lo queres echar a patadas sino que tenes ganas de seguir escuchando lo que dice. Esto provocaba Juan. Se vestía raro, comía insectos y vivía fuera de la ciudad! ¿estaba a la moda? ¿quería parecerse a los demás?... Juancito era diferente, pero todos querían estar cerca de el y escucharlo, y hasta muchos creían en su palabra.
Con cuanto esfuerzo trato de ser como los demás para ganarme su atención. Con cuanto esfuerzo cuido mis palabras para no molestar a nadie, a pesar que sean las palabras que necesiten escuchar. Mi amigo Juan me enseño que no es mi apariencia, lo externo lo que me da influencia, respeto y valoración, sino el poder que radica en las palabras que salen de mi corazón. Esas palabras que nacen de mi fluida relación con mi Dios.
¿Te imaginas invitar a cenar a Juan el Bautista a tu casa? y que en medio de la comida grite ¡ Hipócritas! ¡generación de víboras!... Pero lo mas interesante es que no lo queres echar a patadas sino que tenes ganas de seguir escuchando lo que dice. Esto provocaba Juan. Se vestía raro, comía insectos y vivía fuera de la ciudad! ¿estaba a la moda? ¿quería parecerse a los demás?... Juancito era diferente, pero todos querían estar cerca de el y escucharlo, y hasta muchos creían en su palabra.
Con cuanto esfuerzo trato de ser como los demás para ganarme su atención. Con cuanto esfuerzo cuido mis palabras para no molestar a nadie, a pesar que sean las palabras que necesiten escuchar. Mi amigo Juan me enseño que no es mi apariencia, lo externo lo que me da influencia, respeto y valoración, sino el poder que radica en las palabras que salen de mi corazón. Esas palabras que nacen de mi fluida relación con mi Dios.
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