Marcos 1:29-34
En versículos anteriores vimos que Jesús estaba en la sinagoga enseñando y sanando, muchos se sorprendían de la autoridad con la que hablaba, y su fama se extendía cada ves más. Me imagino a Jesús con una apariencia física de una persona común, pero muy diferente a todos. Es inevitable notar cuanto amor fluye de su boca y de sus hechos. Terminada la reunión en la sinagoga, que de seguro terminó mas tarde de lo acostumbrado, se dirigieron a casa de Simón, tal vez a comer y descansar. Cuando llegaron encontraron a la Suegra de Simón enferma y Jesús la sanó, no pasó por alto esta situación, no siguió planeando sus viajes o enseñando a sus discípulos, se acercó a esta mujer y la sanó. Pero su día no termino allí, ya que llegada la noche toda la ciudad se amontonó afuera de la casa. "Pero ya es tarde, estamos cansados, mañana hay mucho por hacer" NO Jesús salió y sano, liberó, amó a todos los que lo fueron a buscar.
El Señor me enseñó una lección. Aveces estoy tan preocupado, distraído o cansado, que me olvido de lo más importante que es AMAR al necesitado.
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