Cuando leo la manera que murió Juan, me queda una sensación de injusticia y bronca. ¿Porque tuvo que morir así? no lo se, pero Dios si lo sabe... Juan había llegado con su mensaje hasta los mayores puestos de autoridad, no solo hacía temblar al pueblo con sus palabras, sino que los mismos reyes lo escuchaban con respeto. Pero Herodes, aquel quien tenía que administrar justicia y equidad, por su corazón entenebrecido por el pecado (Rom. 2:5,6), envió a decapitar a Juan.
¿Cómo hubiese reaccionado yo ante Herodes, conociendo el tipo de persona que era? ¿le hubiese señalado su pecado? Juan se mantuvo firme hasta el final, él obedeció al Señor sin temer al hombre. Su tiempo había llegado, había preparado el camino que recorrería Jesús. Él debía menguar y Jesús crecer, y eso lo tenía bien claro.
Juan conocía su propósito, vivió cumpliendo su propósito. Que el Señor nos enseñe cual es nuestro propósito y nos fortalezca en nuestro caminar hacia él.
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