Continuando con la meditación que venimos desarrollando en los días anteriores, en este día me quedé pensando en este versículo. Ya vimos que seguir a Jesús implica tomar una decisión radical, debemos morir para vivir. Pero claro que también tenemos la posibilidad de no seguir a Jesús y emprender nuestro camino a la felicidad personal, y en este camino creo que todos deseamos éxito ya sea en lo laboral, familiar y en todo aquello que mi corazón anhele ¿Hay algo malo en esto? creo que no, salvo en el hecho de que me brindaran una satisfacción temporal y vacía.
En la Biblia encontramos la historia de alguien que experimentó todo tipo de placeres, Salomón la persona más sabia del mundo. El dijo una vez "Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida... Me engrandecí en gran manera... No le negué a mis ojos ningún deseo, ni a mi corazón privé de placer alguno, sino que disfrutó de todos mis afanes... Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo... (Eclesiastés 2:1-11). Esta era la conclusión a la que había llegado Salomón, él lo había conseguido todo en la vida pero nada lo satisfizo por completo. Pero también tenemos historias de personas de nuestra época, millonarios, exitosos en sus carreras pero tan vacíos que muchos de ellos prefirieron quitarse la vida.
Nuevamente resuena en mi mente lo dicho por el Señor Jesús "De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida? Solo en Jesús tenemos vida, y una vida abundante.
Nuevamente pregunto ¿Quieres seguir a Jesús?
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