
Dice Romanos 3:10 y 11 No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos hemos pecado, ninguno esta libre de culpa. ¡Gracias Dios por la obra de la cruz! ¡Gracias por enviar a tu Hijo para que él pague nuestras deudas!
En Marcos leímos sobre la seriedad del pecado. No existe pecados chicos o grandes, o aquellos que merecen mayor o menor condenación. El pecado nos condena, el pecado es muerte. Jesús quería enseñar la implicancia de tener una conducta pecaminosa, por eso el énfasis de que es mejor perder una mano, o el ojo, o un pie, que estar completo pero que mi conducta me lleve a la perdición.
No podemos seguir coqueteando con el pecado, mintiéndonos que podemos controlar nuestra conducta. En Efesios 4 encontramos que debemos despojarnos del viejo hombre y revestirnos del nuevo hombre.
Nos tomemos unos minutos y meditemos en nuestra manera de vivir.
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