Analicemos por un momento nuestras actividades diarias, de
todo lo que hago por Dios ¿cuánto dependo de él para hacerlo? de todo lo que
hago por Dios ¿cuánto me pidió él que haga?
¿Cuánto valoramos las amistades? ¿podrías enumerar la cantidad de amigos que tienes? Cuando de relaciones en general se trata podríamos tener en mente muchos conocidos, pero si hablamos de relaciones genuinas, nuestro circulo comienza a achicarse. Y esto esta bien, porque nuestros confidentes, nuestros compañeros de luchas, siempre son pocos. Podríamos tener miles de "amigos" en las redes sociales, pero ¿quiénes de todos ellos caminan a mi lado a pesar de las circunstancias difíciles o buenas?
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