Consumir, consumir, consumir... no importa el lugar donde viva, nuestra sociedad es consumista en exceso. La publicidad nos invade e incita a consumir haciéndonos creer que tal o cual producto nos llenará de satisfacción. Pero el problema con el que nos encontramos es el dinero, necesitamos dinero par consumir por lo que si no me alcanza corremos a endeudarnos, y este proceso lo repetimos una y otra ves. ¡Claro, ser ricos solucionaría el problema! ¿no es así? Pero que hacemos con lo que Jesús enseñó a sus seguidores.
El Señor les dijo "...que difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios" sus discípulos se sorprendieron y más aun cuando remarcó "Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!" Jesús trata de barrer con todo tipo de argumento que justifique ganarse el favor de Dios, por que no se trata de lo que hago o de lo que tengo sino de quien es Dios. Siguiendo este pensamiento Jesús aclara y establece una nueva perspectiva en la mente de los judíos respecto a la relación con Dios. Entonces aclaró "...Para los hombres es imposible, pero no para Dios; de hecho, para Dios todo es posible."
Con el dinero podríamos comprar muchas cosas, ¿pero cuantas de ellas nos acercan a Dios? Por lo tanto creo que ser ricos no es el problema, sino quien ocupa el primer lugar en mi vida, como este joven que no podía desprenderse de sus riquezas para seguir a Jesús.
¿Quién ocupa el primer lugar en mi corazón? ¿Dios? Si es así, ¿estaría dispuesto a dejar todo aquello que me aleja de Dios, o me distrae de su voluntad?
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