
Marcos 14:1,2
En todo momento de su ministerio, Jesús fue analizado bajo la lupa de los fariseos en busca de algún error que lo condene. Durante los tres años que el Señor estuvo constantemente siendo acosado por los religiosos, no encontraron en él motivo alguno para apresarlo. Por ello, dice el verso 1 que buscaron apresarlo con engaños, "sino encontramos nada condenable en él, pues entonces inventemos algo."
¿Hasta donde puede llegar el corazón del ser humano cuando su egoísmo se ve amenazado? Bien podemos expresar ¡qué maldad la de estos hombres! pero no puedo dejar de pensar que nosotros, en lugar de ellos, hubiésemos actuado de igual manera. De hecho, creo que actuamos como ellos todos los días, ya que sabemos que nuestras vidas les pertenecen a Dios, pero vivimos como nosotros queremos y no en obediencia a su voluntad. Si no encontramos nada malo en la voluntad de Dios, nos inventamos motivos para considerar nuestros deseos en primer lugar. Lo alabamos, declaramos que es nuestro Señor, y hasta nos involucramos en actividades en la iglesia ¿pero en nuestro corazón quien manda? ¿Cuántas mentiras mas vamos a aceptar en nuestras vidas para no darle lugar a Jesús?
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