Marcos 13:3-23
Como vimos ayer, luego de la profecía mencionada por Jesús respecto al Templo, sus discípulos le preguntaron qué debían esperar que suceda, y esto permitió a Jesús revelar señales claras de los últimos tiempos.
"...no se alarmen... estén alerta..." El Señor no pretendía asustarnos pero si fue claro en sus palabras, habló sobre guerras, terremotos, hambre, persecuciones, acontecimientos que en nuestros tiempos los podemos ver. ¿Entonces quiere decir que Jesús viene pronto y que debemos prepararnos y dejar de ayudar a los necesitados? ¡claro que no! Todos estos acontecimientos no nos condicionan para ser quienes somos, hijos de Dios, tampoco nos deben alarmar, ni preocupar, debemos estar alerta como remarcó el Señor. Podemos notar que hasta en los momentos de persecución el Espíritu Santo nos capacitará para dar testimonio del Señor. Por lo tanto no debemos alarmarnos de estas señales, y que ya podemos ver que están sucediendo. Como hijos de Dios nuestra ciudadanía no es terrenal si no celestial, y como ciudadanos del reino de Dios debemos vivir como Jesús vivió, en sujeción a los principios del reino, y contándoles a todos lo que Dios hizo por nosotros, ayudando a todos a vivir una vida trascendente aquí y ahora, perseverando hasta el final. Jesús nos advierte qué sucederá, y que no estaremos solos en nuestra misión de extender el reino de Dios.
Señor ayúdame a caminar en tu voluntad, ayúdame a aprovechar bien los días y a vivir bajo los principios del reino...
Señor ayúdame a caminar en tu voluntad, ayúdame a aprovechar bien los días y a vivir bajo los principios del reino...
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