
Pablo se sumerge de inmediato al tema que lo preocupa. Los hermanos de esta iglesia estaban siendo influenciados por supuestos maestros que les querían imponer sus ideas respecto a la salvación, pero que no estaba de acuerdo al verdadero camino a la salvación. El apóstol les expresa su asombro de lo pronto y fácil que estaban siendo influenciados por esta doctrina errónea. Como comentamos ayer, estos supuestos maestros afirmaban que no solo la fe nos salvaba sino que era necesario cumplir ciertos ritos para así realmente ser justificados por Dios. ¿pero era grave lo que estaban haciendo? Era tan grave que Pablo deja bien en claro que todo aquel que cambie la verdad del evangelio es maldito, ni siquiera un ángel puede pretender presentar un evangelio diferente. Solo el evangelio de la gracia de Dios nos hace hijos de Dios.
Me quedé meditando en esta situación y me preguntaba cuantas veces escuchamos mensajes por la radio, la TV, o por internet, pero pocas veces nos tomamos el trabajo de corroborar su veracidad con la biblia. ¡Cuántas malas decisiones nos ahorraríamos si tan solo volvemos a la fuente que es la Palabra de Dios!
¿Cuánto tiempo dedicamos a meditar y estudiar la Biblia? ¿Cuán importante es para vos la Palabra de Dios? ¿qué ajustes debería hacer en mi vida para dedicarle tiempo a la lectura y estudio de la biblia?
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