Gálatas 3:26-29
¿Cómo puedo ser hijo de Dios? ¿Cuál es el camino a la salvación? ¿Acaso una vida de devoción y sacrificio no es suficiente? ¿Cuántas obras de beneficencia serían necesarias para ganarme el cielo?
Pareciera ser que no puede ser tan sencillo, ¿acaso solo tener fe en Jesús es suficiente? Lo es, porque la más grande obra la hizo él por nosotros; y al creer en él ya no vivo yo sino que él vive en mi; fuimos revestidos de Cristo. Solo la obra redentora de Jesús nos abre las puertas del reino de Dios, y en su reino ya no existen las diferencias culturales, raciales, económicas, sociales, etc., Todos somos hijos de Dios y herederos de su promesa, no importa el lugar donde naciste, en que punto del mundo te encuentres, si tienes fe en Cristo Jesús eres hijo de Dios.
¡Que maravillosa noticia! a pesar de mi condición de pecador; a pesar de las veces que me haya burlado de Dios; o lo haya negado, o menospreciado, él no me desecho, sino que me dio un precioso regalo, y muy costoso, el sacrificio de su Hijo Jesús, para así satisfacer las demandas del pecado, de nuestro pecado.
Si mi vida vale tanto para Dios, si el precio de mi salvación fue el sacrificio de su Hijo en la cruz, ¿por qué no llevar una vida de agradecimiento y dependencia a su voluntad?
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