Gálatas 1:18-24
Recuerdo que cuando tenía 7 u 8 años tuve un compañero en la escuela con muy mala reputación, pero no por sus malas calificaciones sino por su conducta. Tenía un historial de peleas dentro y fuera de la institución que asustaba a cualquiera que lo llegaba a conocer. Lo triste de su vida fue que al pasar los años empeoró, no solo fumaba, también se drogaba y casi no había días que no lo encuentres ebrio, pasaba más tiempo en la cárcel que en la calle, y cuando estaba en la calle siempre llevaba un cuchillo en su cintura, no solo para robar sino por protección ya que muchos procuraban matarlo. Por muchos años mis abuelos trataron de hablarle del Señor Jesús pero el no quería escuchar y lamentablemente su vida terminó a muy temprana edad por un arma de fuego. Este muchacho tenía un hermano y era evidente que seguía los pasos de su hermano mayor, de hecho se lo conocía con el mismo sobrenombre pero en diminutivo. Alcohólico y andrajoso lo encontrabas por las calles de la ciudad. A este muchacho no lo llegue a conocer mucho porque lo dejé de ver cuando me fui a vivir a otra provincia pero era notable que terminaría igual que su hermano. Pasados los años regrese a mi ciudad natal para el entierro de mi querido abuelo que ya había partido al encuentro de su Señor, y fue sorprendente encontrar en al cementerio a este muchacho, en su sano juicio, limpio, sobrio, con un semblante que invitaba al asombro. Cuando intenté acercarme a él lo escuche hablar con un grupo de chicos, les estaba contando como había cambiado y que ahora servía a Jesús, les dijo "ustedes me conocían muy bien como era yo antes, ustedes me vieron borracho por las calles, pero ahora Jesús me transformó"
¡Qué maravilloso es el poder del evangelio! Dice Romanos 1:16 "A la verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación de todos los que creen..." Así es, todo el que cree en el mensaje de la cruz es transformado. Si tan solo mi compañero de la infancia hubiese creído el mensaje que mis abuelos le entregaban, su vida habría cambiado como la de su hermano, y como la de el apóstol Pablo. El verso 23 de Gálatas dice "...El que antes nos perseguía ahora predica la fe que procuraba destruir."
Así como estas historias existen millones al rededor del mundo, incluyendo la nuestra. Por esto creo que no hay mejor mensaje que contarles a otros las grandes cosas que Dios hizo por nosotros.
Lucas 8:39 "Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho por ti"
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