Tengo un inquilino en mi balcón, hace un par de meses un hornero comenzó a construir su nido en una de las paredes de mi balcón, ya lleva la obra muy avanzada a pesar de que todas las mañanas lo espanto para que deje de golpear la pared. Es muy interesante notar la perseverancia de esta ave, y que a pesar de demostrarle que estoy en total desacuerdo de que continúe su construcción en mi propiedad, lleva la obra adelante y esta decidido a vivir allí. Creo que su deseo de ver su hogar terminado es mas fuerte que mis intentos de detenerlo.
En los versos que leímos Juan nos revela el secreto del que vive en santidad. Dice el verso 3 "todos los que tienen esta expectativa se mantendrán puros" ¿que expectativa? pues la mencionada en el verso anterior, nuestra expectativa de que llegará el día cuando le veremos a él cara a cara y seremos como él (verso 2). Este profundo deseo de encontrarnos con nuestro Señor nos motiva a vivir en santidad. No sabemos cuando sucederá, pero tenemos la convicción de que llegará el día. Pero mientras esperamos y trabajamos por estar preparados nos confrontamos diariamente con nuestra carne y con alguien que nos quiere impedir que lleguemos a nuestra meta, el diablo. Constantemente la carne y nuestro enemigo nos incita al mal, pero la buena noticia es que Jesús vino a quitar el pecado (verso 5) y a destruir las obras del diablo (verso 8). Por este motivo no existe impedimento para ver la obra terminada en nuestras vidas.
¿Cómo está mi relación con Dios?¿Podría decir que cada día anhelo estar mas cerca de El? Sigamos construyendo nuestro hogar con Jesús, y así como mi inquilino persevera para ver terminada su casa, perseveremos también nosotros por el anhelo de que algún día veremos a Jesús, y de que toda oposición solo alimenta más el deseo de seguir trabajando y luchando por ver la obra terminada en nuestras vidas.
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