1º Juan 3:1,2
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn 3:16)
¿Acaso podemos mencionar algo que hayamos hecho, y que merezca la aprobación y salvación de Dios? Todos nacimos en la misma condición, separados de Dios y como destino la condenación. Pero fue tan grande el amor de Dios que envió a su único Hijo para pagar nuestra deuda a través de la cruz, y así reconciliarnos con él.
Dice el verso 1 "Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre que nos llama sus hijos..." Considera en este día el gran amor que Dios derramó en tu vida, El te llama hijo, pero no como un titulo sino por ser verdaderamente su hijo. Así es el calibre de nuestra relación con Dios. El hombre podrá fallarnos y herirnos, pero "Dios es amor" y es nuestro Padre.
Quizás encontremos personas que no entiendan, ni crean, nuestra relación con Dios, ya que no lo conocen, y también nosotros, por alguna situación, dudemos de nuestra condición de hijos. Por eso, no dejemos de hacer todo los días un excelente ejercicio: considerar, recordar, meditar con cuanto amor nos ama nuestro Padre para llamarnos hijo ¡y lo somos!
Comentarios
Publicar un comentario