Mateo 5:5
Seguimos meditando en el carácter de los hijos de Dios, el carácter de un ciudadano del Reino. Ya reflexionamos en las dos primeras bienaventuranzas y descubrimos que la vida cristiana se trata de una vida de dependencia de Dios, el hijo de Dios es y será un pobre en espíritu toda su vida, por lo tanto nada podemos hacer separados de Jesús. Esta necesidad de Dios nos acerca más a él y a una vida de santidad, ya que al corazón contrito y humillado, arrepentido por el pecado, Dios perdona, consuela y restaura.
Todos los días despertamos con una necesidad de depender de Dios, si ayer tuviste una victoria frente al pecado, prepárate hoy también para la batalla. Vivimos en un mundo que camina en una dirección opuesta a la del creyente. Cuando vamos a la universidad, al trabajo o al club, nos enfrentamos con situación que nos empujan a decidir en contra de los principios del Reino, ¿Recuerdas alguna situación en particular? Todos los días despertamos pobres espiritualmente y el mundo siempre tiene productos de oferta, si ayer no logró seducirte hoy va por más. Pero recuerda, solo en Jesús esta la vida eterna, sin el nada podemos hacer.
La bienaventuranza de hoy nos introduce al plano de las relaciones humanas. Bienaventurados los humildes, nuevamente ¿cuál es el mensaje que el mundo nos transmite? pues, "dichoso el orgulloso y egoista ya que así alcanzara la riqueza". Pero la Palabra de Dios nos enseña que el heredero más beneficiado es el humilde.
¿Te consideras una persona humilde? ¿En qué situaciones cotidianas puedes notar que florece el egoísmo en tu corazón? Se que no es fácil ser humilde cuando siempre te encuentras con personas que no colaboran, son tan malos que no se merecen tu ayuda, o estás en grupos que solo careteando te aceptan, si te muestras tal como sos te rechazan, etc. Pero la vida se trata de carácter no de circunstancias, aveces vivimos como camaleones, cambiando de color según la ocación, cuando deberíamos vivir como el salmón que nada contra la corriente. Me llamó la atención descubrir porque el salmón nada contra la corriente, nada contra la corriente para llegar al lugar donde recuerda haber nacido. Cuando te enfrentes a situaciones que te seducen a ser egoísta, orgulloso y a cambiar tus principios, ¡nada contra la corriente, y regresa al lugar donde naciste! regresa a la fuente, a Jesús, porque solo de él mana la vida.
¿Cómo puedes practicar la humildad en este día? ¿A quién puedes ofrecer ayuda? Hoy es un nuevo día para vaciarnos de nuestro egoísmo y llenarnos de humildad.
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