Santiago 1:22-27
Habrás escuchado ese dicho de por que Dios nos hizo con dos orejas y una boca... Sí, para escuchar más y hablar menos.
Somos rápidos para dar una opinión, pero impacientes para saber escuchar.
Pero lo más difícil no es escuchar, si no hacer, obedecer, cumplir.
¿De que me sirve, escuchar la voz de Dios, escudriñar su Palabra, conocer su voluntad, pero no ponerla en practica?
¿Cuántas palabras llenas de amor y alabanzas hacia Dios salieron de mi boca? ¿cuántos compromisos asumidos verbalmente?. Te confieso que muchas veces me vi como un buen religioso, viviendo la frase: "has lo que yo digo pero no lo que yo hago"
¿A quién tratamos de engañar? ¿a las personas? ¿a Dios? a Dios no lo puedo engañar y ¿que beneficio me da aparentar ser alguien? Pero paz y bendición encuentro en escuchar a Dios y obedecerlo.
"Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia. (verso 25)NTV"
¡Quiero ser un hacedor eficaz y que su Palabra me transforme!
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