Carta a los Filipenses
Iniciaremos una nueva serie de devocionales basados en la carta de Pablo a los Filipenses. Par ello, te propongo que primero leamos toda la carta un par de veces y resaltemos los versículos que llaman nuestra atención.Pablo escribió esta carta a la Iglesia que se reunía en Filipos, ellos tenían una estrecha relación con el Apóstol, ese amor mutuo que sentían se ve reflejada en esta carta. Pablo había fundado esta Iglesia en su segundo viaje misionero. Si recuerdas, este viaje lo había realizado con la compañía de Silas, ya que Bernabe quería llevar a su sobrino Marcos y Pablo no estaba de acuerdo, y por esta diferencia decidieron separarse.
En el Libro de los Hechos encontramos que los primeros cristianos en Filipos fueron una Señora llamada Lidia, su familia, una joven que había sido liberada de un espíritu maligno, y el carcelero y todo su familia. De seguro que fueron muchos más, pero solo encontramos sus historias registradas en Hechos.
Es muy interesante notar que antes de que Pablo y Silas lleguen a Filipos, el Espíritu Santo ya les había impedido viajar a otras ciudades. Cuando estuvieron en el puerto de Troas, Pablo soñó que un hombre puesto de pie le pedía que vallan a Macedonia a ayudarlo. Por esta visión entendieron que Dios les pedía que vallan allí a predicar las buenas noticias. Los obstáculos que encontraron en el camino previo a llegar a Filipos no los detuvo, todo lo contrario, ellos entendieron que el Espíritu Santo los estaba guiando. ¿Cómo reaccionaríamos nosotros ante esta situación? Cuando llegaron a Filipos tampoco la pasaron bien en toda su estadía allí, ya que fueron azotados y encarcelados de manera injusta. Pero nada los detuvo en su viaje misionero.
En esta carta Pablo escribe sobre la vida cristiana. Estaba encarcelado y declara que su situación es utilizada para el bien del evangelio y no teme morir, pues morir por causa de Cristo es ganancia. Anima a vivir como ciudadanos del reino, con la actitud de cristo y que conocer a Cristo es nuestro mayor privilegio. Quién mejor que Pablo para desafiarnos y animarnos a vivir la verdadera vida cristiana. Él había pasado por todo tipo de circunstancias, buenas y malas y de todas el Señor le enseñó una lección. Así pudo declarar en el verso 4:13 Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Nos sumerjamos en la Palabra de Dios y que ella nos hable y desafíe a vivir la vida de Cristo en nosotros.
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