Filipenses 3:1-11
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad. Cuídense de esos perros, cuídense de esos que hacen el mal, cuídense de esos que mutilan el cuerpo. Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos. Yo mismo tengo motivos para tal confianza. Si cualquier otro cree tener motivos para confiar en esfuerzos humanos, yo más circuncidado al octavo día, del pueblo de Israel, de la tribu de Benjamín... Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios, basada en la fe.Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos.
Por lo demás, dice el Apostol; pase lo que pase, alégrense en el Señor. Solo en Jesús encontraremos los motivos verdaderos y suficientes para alegrarnos por y con él.
Seguidamente Pablo lanza una advertencia, cuídense de esos perros, haciendo referencia a los fariseos que buscaban adoctrinar y exigir a los cristianos el cumplimiento de la ley para la salvación.
Todo religioso de esa época consideraba de gran valor cumplir lo mejor posible la ley, para así hacerse merecedor de la salvación. De seguro se podía ver a la distancia a todo fariseo haciendo gala de su posición y pseuda autoridad. Y cuando la iglesia comenzó a extenderse entre los judíos también comenzaron las discusiones entre los religiosos si era o no necesario seguir cumpliendo la ley, o solo la fe en Jesús era suficiente.
Magistralmente podemos leer como Pablo expone el corazón mismo de toda la religión, y que es el egoísmo. Dice que todo aquello que para él era valioso, ahora lo consideraba solo perdida.
Cuando tenemos algo valioso en nuestras manos es muy difícil desprenderse de eso, y es valioso por que satisface nuestra necesidad, nos genera placer y satisfacción. Más aun si lo obtuvimos con nuestro esfuerzo, lo consideramos nuestra propia creación y merecedores de todo halago y respeto por lo obtenido.

Entonces su deseo paso a ser el de conocer a Jesús en plenitud, conocer ese poder que lo levanto de los muertos y llegar a ser como Él en su muerte.
¿Acaso puede haber algo mas valioso que conocer a quien nos salvó, conocerlo en su plenitud y experimentar en carne propia su amor y propósito?
¿Puedes identificar aquello que consideras muy valioso pero que te distancia de Jesús?
¿Que es lo que nos impide experimentar a Jesús en plenitud?
Me encantooooo
ResponderEliminarNos alegramos Juan! un abrazo grande
Eliminarque bendicion
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