"¿Qué haré para heredar la vida eterna?" una excelente pregunta dirigida al dador de la vida, Jesús. Esta pregunta está presente en todos nosotros, y de alguna manera buscamos su respuesta.
Un joven se acercó al Señor y postrado le hizo esta pregunta. Lo curioso es que este joven judío había aprendido desde pequeño que la respuesta estaba en la obediencia de los mandamientos, pero como podemos notar a pesar de cumplir con todos aquellos mandamientos señalados por Jesús, él aun seguía buscando una respuesta. Algo por resaltar también es que los mandamientos señalados por el Señor están relacionados con el amor al prójimo. Por lo que creo que Jesús quería remarcar algo muy importante, luego de llevar al joven a reflexionar sobre su esfuerzo por tratar de cumplir todos los mandamientos, Jesús deja al descubierto el corazón de este muchacho diciendole: "anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme." Aquí está la respuesta que estaba buscando, ¿Quién gobierna mi corazón?¿Quién ocupa el primer lugar en mi vida? Con esta respuesta el joven se fue triste, evidentemente porque no estaba dispuesto a desprenderse de sus riquezas y seguir a Jesús. Su corazón estaba lejos de Dios a pesar de los esfuerzos por cumplir sus mandamientos.
Creo que de alguna manera nos parecemos a este joven, nos esforzamos por cumplir con Dios tratando de llevar a cabo todo tipo de actividad ya sea en la iglesia o fuera de ella. Nos esforzamos por amar a nuestro prójimo, diezmamos, ofrendamos, y cumplimos con nuestro ministerio, pero... nuestro corazón está lejos de Dios. Nuestra vida está gobernada por la riqueza o las pasiones carnales, por fuera somos unos excelentes cristianos, o tratamos de serlo, pero por dentro no estamos dispuestos a seguir a Jesús y rendir nuestra voluntad.
¿Dónde está mi corazón?¿Quién ocupa el primer lugar en mi vida?
Te animo a que veas este video y lo compartas con quien desees Don Bueno
Esta palabra me encanta !!
ResponderEliminarGracias por comentar. Que Dios siga utilizando su Palabra para transformar nuestros corazones. Dios te bendiga!
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